Pide, busca, llama

DEVOCIONAL EN BUSCA DE MI MILAGRO

“Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre.” Mateo‬ ‭7:8‬ ‭NVI‬‬

 

En lo personal acepto que no tengo mucha paciencia con las personas que son muy insistentes. Si ya eres papá o mamá, debes recordar esa temporada donde tus hijos preguntaban por todo. Al escribir esto, mi hijo menor Emilio tiene tres años y a todo pregunta ¿POR QUÉ?. Reconozco que llega un momento en el que ya no quisiera contestarle.

 

¡Que alegría saber que a Dios como Padre le encanta que seas insistente y preguntón!

 

El Dr. Lucas en su evangelio registra una historia que su compañero Mateo no contó.

 

Vamos a leerla…

 

“»Supongamos —continuó— que uno de ustedes tiene un amigo, y a medianoche va y le dice: “Amigo, préstame tres panes, pues se me ha presentado un amigo recién llegado de viaje, y no tengo nada que ofrecerle”. Y el que está adentro le contesta: “No me molestes. Ya está cerrada la puerta, y mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme a darte nada”. Les digo que, aunque no se levante a darle pan por ser amigo suyo, sí se levantará por su impertinencia y le dará cuanto necesite. »Así que yo les digo: Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá la puerta. Porque todo el que pide recibe; el que busca encuentra; y al que llama, se le abre.”
‭‭Lucas‬ ‭11:5-10‬ ‭NVI‬‬

 

Con Dios debemos ser impertinentes, no importa la hora y el momento en que le pidamos, El siempre está atento a nuestra necesidad.

 

Pareciera que cuando insistimos Dios está probando nuestra fe. “¿Cuanto estás dispuesto a insistir? ¿Cuál es el costo que estás dispuesto a pagar? ¿Cuánta es la vergüenza que vas a soportar? ¿Te rendirás fácil? ¿Soportarás la espera?”.

 

Así pasó con esta mujer Cananea.

 

“Partiendo de allí, Jesús se retiró a la región de Tiro y Sidón. Una mujer cananea de las inmediaciones salió a su encuentro, gritando: —¡Señor, Hijo de David, ten compasión de mí! Mi hija sufre terriblemente por estar endemoniada. Jesús no le respondió palabra. Así que sus discípulos se acercaron a él y le rogaron: —Despídela, porque viene detrás de nosotros gritando. —No fui enviado sino a las ovejas perdidas del pueblo de Israel —contestó Jesús. La mujer se acercó y, arrodillándose delante de él, le suplicó: —¡Señor, ayúdame! Él le respondió: —No está bien quitarles el pan a los hijos y echárselo a los perros. —Sí, Señor; pero hasta los perros comen las migajas que caen de la mesa de sus amos. —¡Mujer, qué grande es tu fe! —contestó Jesús—. Que se cumpla lo que quieres. Y desde ese mismo momento quedó sana su hija.”
‭‭Mateo‬ ‭15:21-28‬ ‭NVI‬‬

 

Jesús realmente nunca ignoró a esta mujer, solo la estaba probando. Los discípulos, con un corazón en formación, aprovechaban la actitud de Jesús para buscar deshacerse de ella. La forma en la que Jesús le respondió a aquella mujer se volvió popular desde entonces. Pero la manera en la que ella le contestó a Jesús se gano el respeto de todos incluido el mío.

 

Estoy inspirado, motivado y decidido en insistir. Gritar si es necesario. Hasta que Dios me conteste: ¡Que grande es tu fe! Que se cumpla lo que quieres.

 

PIDE, BUSCA, LLAMA. Tu milagro está detrás de la perseverancia.

 

Que se cumpla lo que quieres.