Apnea o buceo libre, un deporte que difícilmente me atrevería a practicar, este no es el caso de un amigo cercano. Estando en un hermoso parque en Isla Cozumel, lleno de grandes arrecifes y reliquias historias en profundidades de hasta 20 metros.  Flotando solo con snorkel, me quede esperando alrededor de 2 minutos y medio a que saliera a la superficie. ¡Un momento de mucho estrés!

¿Qué se encuentra en la profundidad que invita a tantos a arriesgar su propia vida para descubrirlo?, ¿Qué puede ser tan emocionante?, ¿Cómo pueden prepararse tanto físicamente para lograrlo? Tendríamos que tener la misma pasión que ellos para entenderlo.

Y es que los grandes tesoros no se encuentran en la superficie, se encuentran en las profundidades.

El Apóstol Pablo tratando de explicar lo grande que es la misericordia de nuestro Dios le escribe a los Romanos.

Romanos 11:33 ¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!

La versión NTV dice:

¡Es realmente imposible para nosotros entender sus decisiones y sus caminos!

Si Dios tiene secretos profundos los cuales son revelados por medio del Espíritu, entonces yo quiero conocerlos.

La realidad es que los “niveles” en los que andemos determinarán nuestro alcance en la vida. Hay cosas que mis ojos nunca verán, conocimiento por obtener, lugares que nunca visitare, a menos que decida SUMERGIRME. Entonces tendré que perder el miedo, dejar de andar en el “espíritu de este mundo” y su superficialidad. Tendré que cambiar al hombre natural por el espiritual y recibir así la mente de Cristo.

Hay profundidades, misterios y caminos que se nos serán revelados en la medida en la que desarrollemos la curiosidad y el hambre, que vayamos mas profundo y estemos dispuestos a dejar lo conocido para entrar a lugares reservados solamente para los que se atreven. Si estas parado en la orilla, da un paso al frente, respira hondo, ora al Espíritu Santo y SUMÉRGETE.