El ser humano y sus capacidades están creadas para caminar en la tierra. Podemos hacer vida en ella pero no en el agua. Al menos que seas AQUAMAN, que no lo creo, no puedes respirar ni hablar bajo el agua.

Quiere decir que cuando hablamos de sumergirnos tendremos que dejar nuestra zona de confort, lo que conocemos y LANZARNOS a lo que aun no hemos visto.

¡Lo primero es que necesitaremos ayuda para lograrlo! Ropa adecuada, tanque de oxígeno, aletas, visor; y si vas a ir profundo también una cuerda de guía y luz potente.

En las profundidades de Dios, esa ayuda se llama ESPÍRITU SANTO. Él nos enseñará y nos guiara en el proceso.

Leamos algunos textos que nos lo confirman…

Juan 14.26 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas.

Juan 16.13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad.

Hechos 1:8 Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos.

Así como en todo viaje no solo el destino es importante sino la compañía, el Espíritu Santo ira contigo hasta llegar al lugar deseado.

¿Qué tengo que hacer? Confiesa conmigo lo siguiente…

1. Olvidemos el pasado
2. Hagamos cosas nuevas
3. Descubramos el futuro

¡Lánzate, recuerda que el perfecto amor echa fuera todo temor!