La ley de la siembra no le tiene miedo a la cosecha, ya que es una ley espiritual esto quiere decir que es una ley inquebrantable ¡Todo lo que siembras lo cosechas!

No hay cosecha sin el proceso de sembrar, Dios nos invita a salir a sembrar a pesar de los malos tiempos y de las situaciones de la vida que pueden estar presionándonos. Más allá de las lágrimas está el propósito de nuestras semillas ¡Hay algo en nosotros que tiene que cumplirse!

Gente común ha logrado resultados poco comunes cuando supo salir a sembrar en el tiempo indicado.

Jesús testificó que la cosecha está lista y no podemos esperar a que nuestros problemas y penas terminen para que lo hagamos. Hay un fruto hermoso especialmente para ti, que debe ser recogido en el tiempo que Dios lo diseñó. Tu preciosa semilla viene de tu fe puesta en Cristo Jesús. Y es esto lo que la vuelve preciosa, pero lo que la vuelve funcional es la constancia. (Santiago 1:3-4) que se desarrolla a través de las pruebas.

La constancia es la virtud por la que todas las cosas dan fruto. El que tiene poco talento, pero mucha constancia, tiene más oportunidad que el que tiene mucho talento, pero poca constancia. No tienes de que preocuparte del mañana, si haces lo correcto con lo que tienes hoy. Entonces, piensa bien donde estás dispuesto a plantar tu semilla…

1.- Junto al camino: En ningún lugar
Tiras tus semillas sin intención, se te van las horas y los días, no hay visión ni propósito en lo que haces. ¡Otros tienen lo que tú quieres porque no hay una visión clara!

2.- En las rocas: Resultados rápidos
Lo que vale la pena, toma su tiempo. Las relaciones poco profundas, las riquezas erróneas, decisiones impulsivas o sentimientos no controlados son la cosecha de aquello que sembramos esperando resultados rápidos.

3.- Entre espinos: Con las personas incorrectas
Hay personas tipo espinos, que no nos dejan crecer, desean la atención solo para ellos, son demandantes y siempre trataran de ahogar tu crecimiento y te corromperán.

4.- Buena tierra: Identidad y propósito
Este es el lugar que siempre fue diseñado para plantar tu semilla. La identidad de la semilla y el propósito de la buena tierra se unen para PRODUCIR. Jesús es el único dador de semilla que puede hacerte sobre abundar en todas las cosas.

Si quieres tener una gran cosecha mañana tienes que comenzar a sembrar correctamente hoy.