DEVOCIONAL 21 DIAS PARA NAVIDAD

Juan capítulo #11

 

Cuando Jesús oyó la noticia, dijo: «La enfermedad de Lázaro no acabará en muerte. Al contrario, sucedió para la gloria de Dios, a fin de que el Hijo de Dios reciba gloria como resultado». Aunque Jesús amaba a Marta, a María y a Lázaro, se quedó donde estaba dos días más. Pasado ese tiempo, les dijo a sus discípulos: —Volvamos a Judea. (Juan 11:4-7)

 

¿Alguna vez tuviste el temor de que en tu árbol de navidad, en lugar de un regalo, te hubiese amanecido un pedazo de carbón? Esa preocupación solo la tenían aquellos niños que sabían que su comportamiento no había sido el mejor durante el año. Conocí a muchos como ellos. Para ser sincero, yo nunca estuve en ese dilema. No digo que yo era un ángel, también desobedecía, lloraba, peleaba y me gastaba el cambio de la tienda en papas para acumular más tazos. En fin, yo si estaba en la “lista de los buenos”. Siempre tenía la confianza de que mi regalo de navidad sería exactamente lo que había pedido, a lo que quiero llegar es que la tranquilidad y la paciencia es un fruto de la confianza. 

 

A pesar de que el amigo de Jesús había muerto, él no partió apresurado a su encuentro, no se lanzó en caballo, burro o lo que fuera. Lo que Jesús hizo fue esperar dos días más, ¿te imaginas? Si algo Jesús demostró en esta situación fue que tenía tranquilidad y confianza. 

 

Precepto a poner en práctica

“Confía en Dios y elimina la prisa”

 

Si hay algo que no es compatible con el amor es la prisa. ¿Recuerdas la última vez que saliste apresurado de tu casa? ¿Cuáles fueron tus palabras? ¿Cómo fué tu comportamiento? Estoy seguro que no fuiste precisamente amoroso. El asunto es que el amor necesita tiempo, el amor es paciente dice la biblia, pero para ser paciente necesitas estar confiado en que Dios es bueno y usará todas las cosas para tu bien. 

Jesús fue paciente ante la muerte de su amigo porque estaba totalmente confiado de lo que sucedería después. Donde Jesús está no hay prisa, hay confianza y certeza de que lo mejor está por suceder. 

 

Manos a la obra

Hoy tienes la oportunidad de desacelerar, contemplar el paisaje mientras manejas en lugar de rebasar al coche que está al frente; escuchar lo que aprendieron tus hijos en la escuela en vez de mandar mensajes, disfrutar de una buena comida platicando de otra cosa que no sea trabajo. Hoy es un buen día para confiar que Dios suplirá todo lo que necesitas.