Juan capítulo #5

Yo no puedo hacer nada por mi cuenta, juzgo según lo que el Padre me dice y mi decisión es correcta. Es así porque no trato de hacer lo que yo quiero, sino lo que quiere el Padre que me envió. (Juan 5:30)

Hay una lista de preguntas que me gusta mucho escuchar. En esa lista se encuentra: “¿Qué quieres para navidad?”, “¿Qué quieres para tu cumpleaños?”. También otras preguntas más sutiles como: “¿De cual número calzas?”, “¿Cual es tu talla de camisa?”, al final sabemos que esas preguntas terminan en un regalo “sorpresa”. Pero ¿Qué pasaría si lo que pidieramos o hiciéramos no fuera lo que queremos nosotros, sino lo que quiere Dios?

Jesús nos enseña en el versículo anterior que él no hace lo que quiere, sino lo que el Padre que le envió le ha pedido que haga. Nos modela un estilo de vida de obediencia aún cuando hacerlo le costaría su propia vida. Lo más extraordinario es que del tamaño de su obediencia, fue su autoridad. 

Precepto a poner en práctica:

“Vive en obediencia y tendrás autoridad”

Si alguna vez has sufrido algún choque automovilístico sabrás que la pregunta decisiva es: ¿Quién llevaba la preferencia?, en otras palabras, ¿Quién estaba obedeciendo?. 

La obediencia es una cobertura para nuestra vida, y no solo eso, sino que también es una fuente de autoridad. Jesús nos invita a siempre hacer lo que debemos hacer aunque eso a veces sea lo contrario de lo que quisiéramos, pero el resultado de esta obediencia será una vida bajo cobertura y con autoridad. 

Manos a la obra

El día de hoy te retamos a que respetes los semáforos en rojo, el límite de velocidad; te invitamos a que respetes los asientos preferenciales en el transporte público, a que seas el primero en saludar cuando llegues a un lugar y dar las gracias a cada persona que te brinde un servicio. Te invitamos a que vivas en obediencia para que el día de mañana puedas enseñar con autoridad.