DEVOCIONAL 21 DIAS PARA NAVIDAD

Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla. (Juan 4:13-15)

 

No hay nada mejor que tomar agua cuando tienes mucha sed. A mi me gusta el refresco, es algo que tengo que dejar, lo sé, pero cuando estoy exhausto y necesito algo de beber, lo único que deseo con todo mi corazón es agua. Es como si algo en el cuerpo tomará el control de mi vida y solo buscara lo que necesita y no lo que mi cerebro contaminado quiere. 

 

¿Tomar un agua que sacie mi sed para siempre? wow, no puedo ni imaginar cómo sería no volver a tener sed. Lo que Jesús le está proponiendo a esta mujer es algo extraordinario, pero ¿qué le está proponiendo realmente?. Obvio no se trata de un agua mágica que sacará de una botella de oro que tiene escondida debajo de la túnica, ¡no! Jesús le está ofreciendo una vida en donde disfrute de paz, gozo y contentamiento constante. 

 

Precepto a poner en práctica: 

“Ten paz, gozo, y contentamiento constante”

 

Recuerdo casi todas las navidades de mi niñez, sin duda es mi época favorita. Se que todos dicen eso y algunos mienten pero te aseguro que yo no. La prueba más tangible que puedo darte de que esto es verdad, es que pongo mi árbol de navidad desde octubre. Mmm, ok, creo que ya me crees. 

 

Recuerdo una navidad en donde pedí una moto de control remoto, yo estaba pensando en ese regalo desde septiembre y de cómo se vería debajo de mi árbol. Pasaron los días, los meses y el momento esperado llegó. Estoy bajando las escaleras de mi casa, me detengo y asomo mi cabeza por los barrotes antes de bajar por completo y allí estaba mi moto. Fuí, como todas las navidades anteriores, el niño más feliz. El asunto está en que fuí el niño más feliz durante una semana, porque empezando el año ya le había echado el ojo al siguiente regalo que deseaba para el día de reyes. Si, la emoción que sembré desde medio año atrás me duró solo una semana. 

 

Las personas estamos más acostumbradas a desear que a disfrutar. Deseamos por un periodo muy largo y cuando tenemos eso que estábamos deseando solo lo disfrutamos unos meses, días y a veces, horas. Lo que Jesús nos ofrece es una vida en donde disfrutemos lo que tenemos, que no vayamos corriendo por la vida sin darnos cuenta que estamos rodeados de cosas, personas, paisajes, momentos, que merece la pena contemplar y agradecer por ellos. 

 

Manos a la obra: 

Hoy puedes beber de esa agua y que durante el día no vuelvas a tener sed. Agradece por lo que Dios ya te dió. Disfruta cada minuto de este día. Detente las veces que sean necesarias y recuerda que no tienes que perseguir nada, porque lo que merece más importancia no es lo que vas a tener, sino lo que ya tienes.