Juan capítulo #16

»Ahora voy a aquel que me envió, y ninguno de ustedes me pregunta adónde voy. En cambio, se entristecen por lo que les he dicho. En realidad, es mejor para ustedes que me vaya porque, si no me fuera, el Abogado Defensor no vendría. En cambio, si me voy, entonces se lo enviaré a ustedes; y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado y de la justicia de Dios y del juicio que viene. (Juan 16:5-8)

Que bien se siente terminar un trabajo que te asignaron ¿Te ha pasado? Si eres padre de niños pequeños sabrás todos esos mitos y leyendas que la gente cuenta acerca de la dificultad que conllevan ciertas edades de los hijos. Entonces dicen cosas como: “No has pasado nada, espérate a los terribles 3”, o “disfruta su niñez porque la adolescencia es lo peor”, también “niños pequeños problemas pequeños, niños grandes problemas grandes” y más dichos y advertencias como esas. El punto es que el trabajo de padre nunca se termina, puede terminar una etapa, pero el proceso continúa. 

Es impresionante lo que Jesús les está anunciando a sus discípulos en el pasaje que acabamos de leer, pero quiero resaltar algo que me llamó mucho la atención y creo que es una estupenda lección de parte de Jesús: 

Precepto a poner en práctica:

“Trabaja, empodera, delega y cuida”

Jesús trabajó. La biblia dice que no habría suficientes libros y suficiente tinta para describir todo lo que Jesús ha hecho. Su esfuerzo fué tan formidable que llegó a sudar gotas de sangre por su frente. Jesús nos da un ejemplo de constancia, compromiso y pasión y no solo eso, sino que también nos empodera, es decir, nos da la autoridad, las herramientas, la seguridad emocional por medio de palabras de afirmación para que podamos avanzar hacia el cumplimiento de nuestro propósito. 

Seguir este ejemplo de Jesús será de gran bendición para tu vida. No solo trabajes en lo que te corresponde, empodera a los que están a tu alrededor para que sigan creciendo, delega y cuida a cada persona en el proceso. 

Manos a la obra

El día de hoy aprovéchalo para empoderar a alguien, afirma lo que él es y lo valioso que resulta ser para ti, para la familia, para la empresa o para la sociedad. Recuerda: trabaja, empodera, delega y cuida.